La calidad de la potencia eléctrica con la integración de energías renovables en México


El Sistema Eléctrico Nacional en México opera con niveles de voltaje en alta tensión de 400,000 V, 230,000 V y 115,000 Volts. En media tensión se utilizan 34,500 V, 23,000 V y 13,800 V, mientras que en baja tensión predominan 440 V en la industria, y 220 V y 127 V en comercio y sector residencial. 

Actualmente existen cerca de 50 millones de usuarios de electricidad en el país. De ellos, alrededor de 750 mil reciben el servicio en media y alta tensión, y concentran más de tres cuartas partes de las ventas de energía eléctrica en México. 

La reforma energética de 2013 y su actualización en marzo de 2025, con la publicación de la Ley del Sector Eléctrico y la implementación del Plan México, fortalecen un sistema eléctrico robusto, confiable. Este nuevo marco impulsa la integración de energías renovables, el almacenamiento de energía, las electrolineras y los cargadores para vehículos eléctricos en todos los niveles de tensión. No obstante, surge un reto importante: la calidad de la potencia eléctrica, comúnmente llamada “calidad de la energía”.

Las cargas no lineales —como inversores fotovoltaicos y eólicos, variadores de velocidad y de frecuencia, centros de control de motores automáticos— utilizan convertidores de corriente directa a corriente alterna que distorsionan la onda senoidal. Con la integración masiva de energías renovables, procesos automatizados, centros de datos y robótica, han aumentado las distorsiones armónicas de corriente y voltaje. Esto se traduce en un bajo factor de potencia y fenómenos como sag, swell y flickers, además de otras problemáticas asociadas a la calidad de la potencia con la que operan grandes industrias y comercios, lo que representa riesgos de disturbios, oscilaciones y colapsos del sistema eléctrico nacional. A ello se suman fallas recurrentes en equipos industriales, daños en transformadores y paros prolongados en plantas y comercios, con impacto directo en la competitividad del país. 

La regulación mexicana exige cumplir con las siguientes disposiciones, entre ellas:

  • Código de Red vigente.
  • Ley del Sector Eléctrico y Bases del Mercado.
  • Manuales de Liquidaciones del Mercado Eléctrico Mayorista y de Medición para liquidaciones.
  • NOM-0001-CRE/SCFI-2019.
  • Manual de Requerimientos de tecnologías de la información y comunicaciones para el Sistema Eléctrico Nacional y el Mercado Eléctrico Mayorista.
  • Manual de Interconexión de Centrales Eléctricas y Conexión de Centros de Carga. 

Además de estas normas, la próxima entrada masiva de electrolineras y sistemas de almacenamiento de energía, implica verificar en cada punto de interconexión de centrales eléctricas y conexión de centros de carga el cumplimiento de los parámetros de calidad de la potencia, a fin de evitar disturbios masivos y afectaciones como las ocurridos en España, Chile y otros países con alta penetración de energías renovables.

El cumplimiento depende de ingenieros especialistas en Código de Red, calidad de la potencia, cálculo de cortocircuito y coordinación de protecciones, apoyados por centros de especialización en sistemas de medición. La aplicación de normas internacionales como la IEC 61000-4-30 clase A establece métodos de medición precisos y permite avanzar hacia un monitoreo en tiempo real con medidores clase “A”. Esto representa ahorros operativos, mayor inversión y el incremento de la competitividad nacional.

Fortalecer la calidad de la potencia en México requiere un esfuerzo conjunto. Foros internacionales, con la participación de gobierno, inversionistas, fabricantes, constructores, investigadores, expertos y estudiantes, deben ir más allá de la normatividad y mostrar resultados tangibles. Casos de éxito en centrales eléctricas y centros de carga evidenciarán que es posible mejorar la eficiencia energética, reducir emisiones, aumentar la rentabilidad y contribuir a una mejor calidad de vida para todos los mexicanos.


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